¿Por qué hay que acudir al oftalmólogo regularmente? [7-4-16]

¿Por qué hay que acudir al oftalmólogo regularmente?

Cuando la mayoría de nosotros piensa en someterse a un examen físico completo, quién sabe por qué razón no tomamos en cuenta a disciplinas como, por ejemplo, la Odontología. Lo mismo ocurre con la Oftalmología: sólo acudimos a uno de estos especialistas cuando notamos que nuestros ojos no funcionan como deberían. Si no es así -lo mismo que con nuestros dientes-, podemos pasar años sin preocuparnos de cómo están.

Esta actitud frente a la salud de la vista a la larga lo único que trae son problemas, no sólo porque hace imposible diagnosticar a tiempo afecciones como el astigmatismo, la hipermetropía, la miopía o el glaucoma, por mencionar algunas. Sino que también porque prevenir siempre será más barato y más fácil que sanar o paliar los efectos de una enfermedad, especialmente si lleva tiempo sin ser diagnosticada.

Oftalmólogos: ¿Cuándo ir?

Continuamente los oftalmólogos recuerdan la importancia de someternos a revisiones periódicas desde los primeros años de vida, ya que las enfermedades a los ojos pueden aparecer a cualquier edad y por diversas causas, así que hay que estar atentos. En este sentido, vale la pena tener en cuenta lo siguiente:

- Hasta los 10 años de vida. Se recomienda acudir al especialista al menos una vez antes de cumplir los 6 para detectar cualquier problema de refracción incipiente o de otro tipo, especialmente si se detecta cualquier desviación en uno de los ojos del niño.

- Entre los 10 y los 40 años. Revisiones cada dos años si se utilizan gafas y cada uno si se es diabético. Por supuesto, también hay que acudir si se nota cualquier molesta o pérdida de visión.

-Entre los 40 y los 60 años. Es conveniente acudir a exámenes cada dos años para detectar cualquier anomalía, especialmente en lo que atañe a la presión intraocular, que es un síntoma de glaucoma.

- Desde los 60 años en adelante. A partir de esta edad hay que ir al oftalmólogo cada año, se utilicen gafas o no. En este periodo las cataratas, el glaucoma y la maculopatía senil, entre otras afecciones, son muy comunes y hay que estar atentos a cualquier indicio de su aparición.

No hace falta decir que las personas con diabetes tienen que acudir periódicamente a revisiones, independiente de la edad que tengan.