12/7/15

Un implante de microfluidos para regular la presión ocular interna

 
Un implante de microfluidos para regular la presión ocular interna

En el peor de los casos, la variación de la presión ocular puede inducir incluso a la ceguera. Sin tratamientos eficaces a largo plazo, han desarrollado una bomba en miniatura para regularla.

consalud.es

La presión ocular es una cuestión de salud importante, ya que si está elevada o disminuida no solo afecta a la capacidad de ver, sino que, en el peor de los casos, podría incluso producir una ceguera. Hasta el momento, no había ningún tratamiento eficaz a largo plazo. Es por eso por lo que los investigadores del Instituto de Investigación Fraunhofer de Microsystems, en Alemania, están desarrollando un sistema de microfluidos implantable que, de manera eficiente y duradera, podría estabilizar la presión intraocular.

Lo han hecho con la colaboración de Modular Solid Tecnologys EMFT para trabajar en un nuevo enfoque de las terapias actuales. Junto con varias pymes están diseñando un implante activo para regular de forma eficiente y duradera la presión ocular, dentro del programa Innovativ KMU, que patrocina el Ministerio Federal de Educación e Investigación del país. Christoph Jenke, Project Manager de EMFT, explica que, “de esta manera, podemos ahorrarle al paciente múltiples tratamientos de seguimiento para poder preservar la capacidad de ver durante un periodo de tiempo mucho más largos, y en el mejor de los casos, prevenir la ceguera por completo.


EL IMPLANTE QUE HIDRATA O DRENA EL LÍQUIDO INTRAOCULAR


El implante consiste en un sistema de micro-bomba, un control de la bomba basado en sensores, una batería integrada para el suministro de energía de estado sólido, así como un módulo de telemetría para la transmisión de datos. Se puede conectar directamente al globo ocular. “Naturalmente, el paciente no debe sentirlo y sus movimientos oculares no deben limitarse de ninguna manera”, explica Jenke. Por eso el sistema está miniaturizado. La bomba mide 7 milímetros cúbicos y consiste en una bomba de micromembrana de silicona biocompatible con una producción de 30 microlitros por segundo.

Su utilidad varía con el tipo de la enfermedad, ya que puede hidratar el ojo o drenar el líquido intraocular. Los investigadores utilizan las vías naturales de drenaje del ojo para que no haya cicatrices. La presión se sigue de forma regular en base a una medición de la presión ocular convencional, y el médico puede ajustar el volumen del fluido hasta llegar al nivel desado de forma clínica. A largo plazo, los científicos plantean que el sistema de fluidos pueda regularse de forma automática.

Las ventajas del sistema son varias. La presión del ojo se ajusta de forma mucho más precisa que con las terapias farmacológicas o quirúrgicas para enfermedades como el glaucoma o la ptisis bulbi. Hasta ahora, la ptisis bulbar llevaba inevitablemente a la ceguera, pero ahora podría no hacerlo. “Dado que la ausencia de producción de humor vítreo es la causa exclusiva de la enfermedad en la tisis, somos optimistas de que podemos detener la progresión de la enfermedad y ser capaces de preservar la visión de manera sostenible; nuestro implante imita la producción natural de líquido de un ojo sano”, concluye el investigador.

Se trata de un nuevo paso para prevenir y controlar enfermedades incurables como son el glaucoma o la tisis bulbi. En el caso del glaucoma, afecta a los fluidos internos del ojo, elevando la presión intraocular. La tisis bulbi hace referencia a una condición en la que el ojo produce muy poco humor vítreo. Es entonces cuando el ojo comienza a colapsarse a sí mismo, lo que en ocasiones se refiere como atrofia del globo ocular. En cualquier caso, el paciente puede verse afectado seriamente por problemas de visión, incluso por ceguera.
 

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